A veces las situaciones más duras son las que sacan lo mejor de las personas...
Tienes Cáncer.
Nunca olvidaré mi primera vez.
Aquél día fue el primero que le dije a una persona “Tienes Cáncer”.
Mientras hacía mi residencia en el hospital Juárez de la Ciudad de México, mi maestro entró por la puerta y me pidió que lo hiciera.
“Ana, por favor sube y díselo”
Los nervios que sentí en ese momento clavaron mis piernas al piso como estacas.
No sé cómo llegué hasta la puerta del consultorio, pero lo hice.
Abrí la puerta y la vi.
Ahí estaba Paola. Sentada. Inmóvil.
Mis labios fríos (como un cubo de hielo en la esquina del congelador) se empezaron a abrir.
Y con la voz entrecortada… disparé el misil:
“Tienes Cáncer”
Puuuuuuummm.
Mientras Paola me miraba, pude sentirlo.
Sentí el ardor en sus orejas, la ausencia del aire, los pellizcos en el pecho, la soledad, el vacío.
Pude sentirlo todo.
En un segundo se le empañaron los ojos.
A mí también.
Pero en medio de todo ese dolor… aparecieron los latidos de mi corazón.
“Doctora… ¿y qué vamos a hacer?”
Paola contaba conmigo y yo no iba a soltarla.
¿Sabes?
Esa mañana entendí para qué estudiaba medicina.
Entendí por qué tenía que convertirme en el mejor cirujano que pudiera.
No era por mí. Tampoco por mi ego.
Lo hacía para ayudar a personas como Paola.
Ayudarlas a vivir.
Ayudarlas a luchar.
Ayudar a que sus familias puedan sentir más esperanza después de escuchar por primera vez… “TIENES CÁNCER”.
– Dra. Ana Maldonado
Hola, soy Ana
Desde que era pequeña supe que sería médico.
Cuando estudié la especialidad en otorrinolaringología descubrí que tengo una habilidad que no muchas personas tienen.
Hoy, soy de los pocos cirujanos oncólogos de cabeza y cuello que hay en México.
Recuerda que la mayoría de los problemas de cáncer pueden solucionarse si se detectan a tiempo.
Si necesitas ayuda… aquí estoy para ti.